Resumen de la conferencia en el Museo El Prado: El escultor Eduardo Barrón (1858-1911), 100 años después

El escultor Eduardo Barrón (1858-1911), 100 años después 

Ponente: Leticia Azcue

23 de febrero. Miércoles a las 19h. Museo Nacional del Prado

En 2011 se celebra el centenario del prematuro fallecimiento del escultor Eduardo Barrón (Moraleja del Vino, Zamora 1858 – Madrid 1911). Se trata de un artista que no solo dejó un legado escultórico importante, que se analizará en esta conferencia, sino que estuvo ligado al Museo del Prado durante muchos años con destacadas tareas en relación con la colección de escultura.
Barrón fue nombrado “Conservador de la Sección de Escultura del Real Museo de Pintura y Escultura” en 1892, labor que se amplió en 1895 a “Conservador-Restaurador”. Esta responsabilidad, en paralelo con su trabajo de escultor, le permitió redactar y publicar, por primera vez desde la creación del Museo, en 1908, el primer catálogo de la colección de escultura del Prado, e ir acometiendo restauraciones de obras de esta colección, sobre todo en mármol y marfil.
Además, el Museo celebra este centenario presentando al público por primera vez en Madrid, tras un largo y riguroso proceso de restauración, el grupo escultórico “Nerón y Séneca”, en yeso policromado, Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1904, de tamaño mayor que el natural, que permite ver el grado de calidad técnica alcanzado por el escultor.

Conferencia “Restauración de Nerón y Séneca, de Eduardo Barrón” por María José Salas. Sinopsis de la conferencia facilitada por la propia conferenciante: Al tratarse de una obra realizada en escayola policromada y debido a la fragilidad de este material, nos encontrábamos que su estado de conservación era muy malo por las intervenciones, el mal uso y en cierto modo por el abandono.
Los principales problemas que tenía la obra eran:
Múltiples grietas y fracturas sobre todo en el suelo, debido a movimientos inadecuados realizados a la escultura.
Faltas de volumen en el suelo, dedos, bordes de pliegues y orillos de los mantos, zonas salientes, pie izquierdo de Séneca, en Atenea faltan partes importantes del casco que cubre su cabeza, mano izquierda, el escudo, la escultura de la Victoria que llevaría en la mano derecha, así como pequeñas faltas repartidas.
Aunque lo que mas ha dañado la pieza han sido las intervenciones anteriores como reintegraciones volumétricas de un tamaño algo mayor que el original, reintegraciones con estucos muy duros sobre el original, aplicación de recubrimientos inadecuados que han penetrado en la materia de forma irreversible, así como limpiezas inadecuadas que han producido erosiones en la superficie.
Por su parte la escultura de Atenea suponemos que ha tenido puntualmente una historia diferente al resto del grupo escultórico, ya que su estado de conservación era ligeramente diferente: no estaba tan sucia, no tenía tantos recubrimientos y estaba muy deshidratada.
Tratamiento de restauración
Los primeros pasos antes de abordar la restauración propiamente dicha fueron la toma de muestras por parte del Laboratorio de Análisis para la determinación de materiales y recubrimientos. Después se hicieron diferentes tomas radiográficas para ver qué elementos estructurales existían en la pieza, con lo cual se comprobó que existían desde grandes barras de hierro de unos 2,5 mm de diámetro, hasta pequeños enlazados de alambre situados en el cuello de Nerón y que sujetan al aire el peto-collar que lo adorna.
La dificultad de proponer un tratamiento único para esta obra estaba fundamentalmente en dos puntos: en la fragilidad del material y en la cantidad de diferentes tratamientos anteriores.
Con los análisis de laboratorio descritos se hicieron multitud de pruebas de limpieza para elegir el mas correcto y eficaz a la vez. Finalmente la limpieza principal se llevó a cabo empleando geles de agar-agar (derivados de algas marinas) y se completó con limpiezas mecánicas y limpiezas químicas puntuales. Asimismo se eliminaron las reconstrucciones deficientemente ejecutadas, aunque solo se reconstruyeron los dedos de la mano derecha de Séneca por formar parte del centro focal de la obra, ésta se llevó a cabo a partir del boceto original a escala reducida que se conserva en el Museo Provincial de Zamora y una foto antigua donde aún la pieza estaba completa. Se revisaron las piezas sueltas y se pegaron nuevamente. Tanto las partes reconstruidas como las faltas se estucaron a nivel y se reintegraron cromáticamente empleando, materiales reversibles como la acuarela y el gouache y técnicas discernibles como el puntillismo y el trateggio.

Fuente: www.museodelprado.es 

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